Es muy común que en los videojuegos tipo RPG (role-playing game) se permita que el jugador pueda elegir cómo quiere su personaje principal. Si bien esto contribuye a la inmersión del jugador, a veces no termina de encajar y puede volverse en su contra, produciéndose otra vez una “inmersión fallida”. Bueno, pues volviendo al tema que trate en la entrada anterior, me gustaría ahora hablar de otro caso muy curioso (y que al menos yo he sentido, por lo que es más una apreciación personal) que, aunque no termina de sacarme del todo del videojuego, sí que me chirría un poco: el personaje principal de la saga Dragon Age y Mass Effect. Por cierto, como esta es la segunda entrada sobre este tema, si queréis leer la primera, haced clic AQUÍ :D.
Antes que nada, guardad las antorchas, adoro Bioware y adoro estos juegos (Dragon Age es mi saga favorita del mundo universal). SIN EMBARGO, hay algo que se repite juego tras juego y que a mí, pues, no sé, no me termina de hacer tilín.
Como comenté, en estas sagas en concreto la personalización de tu personaje es casi completa: aunque normalmente no te dejen elegir el nombre de tu personaje o su trasfondo completo (como en Dragon Age II o Mass Effect), sí que puedes personalizar su físico. Así, normalmente yo, que soy una mujer, suelo hacerme personajes femeninos porque me siento más a gusto y me identifico más con ellos.
Entonces, ¿cuál es el problema? El problema radica en los personajes femeninos en sí… ¡eran demasiado masculinos! Y no precisamente por sus facciones, pues se podían cambiar: era la forma de actuar, moverse, comunicarse… Vale, sí, lo sé. Sé que la percepción que se tiene de lo que es femenino y lo que no es femenino es totalmente cultural e incluso subjetiva, pero también lo es la percepción de lo que es masculino y, esos personajes tienen todos los tópicos que caracterizan a este género: movimientos exagerados al andar, sentarse con las piernas abiertas y sin ningún tipo de decoro, gestos toscos, frases burdas, actitud chulesca… No estoy diciendo que una mujer no pueda ser así, más bien digo que, en este caso, en lugar de crear un rol femenino con sentido, adaptan el rol masculino a este. No, Bioware, no me gusta que mi personaje femenino sea un chulito de playa y menos aún que para que una mujer sea fuerte y líder (como lo es si eres una protagonista femenina) tenga que parecer un hombre en su forma de ser.

Cada vez que mi elfa del bosque, delicada y bella flor de piel pálida cual rayo de luna y de ojos rasgados color esmeralda se sentaba con las piernas abiertas dejándose caer como un saco de patatas, algo dentro de mí decía «NOPE» y me era imposible seguir siendo parte del juego. Y es que, no hace falta ser masculina para tener lo necesario para ser un personaje principal. Personalmente, no creo que Bioware si quiera se dé cuenta de esto (teniendo en cuenta que, en la mayoría de historias, el personaje predeterminado y canónico es normalmente un hombre) y, aunque es complicado contentar a todos porque, como digo, las características del género femenino son culturales y lo que a mí puede parecerme femenino no tiene por qué serlo para otra persona, sí que me gustaría que al menos no se fueran al otro extremo y calcaran uno por uno las características de un machote. Al final y según como yo lo veo, aunque en teoría tengamos dos personajes principales (femenino y masculino), en la práctica tenemos dos personajes masculinos.
En fin, como veis, mi experiencia con la inmersión en los videojuegos es variopinta. A pesar de todo, me encantan estas sagas y bueno, más allá de que mi mujer se convierta en una hombretona, normalmente la historia suele ser muy envolvente y los personajes que la forman bastante carismáticos y convincentes. ¿Qué opináis vosotros? ¿Tenéis más experiencias de este tipo con otros videojuegos?
Hala, enjoy! ü
Mariel~