La inocencia de los dibujos animados

Todos los que hemos ido a la universidad, al menos todos los que hemos estudiado con el plan Bolonia, hemos tenido que presentar un trabajo de fin de grado y el mío fue sobre los mensajes propagandísticos. La idea surgió hace tiempo cuando en una página de internet, que no recuerdo ahora, leí cómo Disney había introducido propaganda de la Segunda Guerra Mundial en sus dibujos, incluso en cortometrajes de personajes tan famosos como el pato Donald.

Resultado de imagen de donald gets drafted

Después de leer algo más sobre el tema me dí cuenta de que no solo era Disney quien introdujo mensajes ideológicos o bélicos en sus producciones dirigidas a un público infantil. Algunos de los ejemplos más curiosos que he encontrado han sido episodios de Merrie Melodies (con Bugs Bunny o el pato Lucas como protagonistas) en los que se retrata el conflicto entre los Aliados y las potencias del Eje durante la Segunda Guerra Mundial, episodios de Popeye el Marino luchando también en la Segunda Guerra Mundial o El Show de Rocky y Bullwinkle con sus enemigos Boris y Natasha que intentan robarles el secreto de cómo llegar a la luna.

Sin título

Al escuchar la palabra propaganda podemos pensar en imágenes icónicas del siglo XX que han pasado a formar parte del imaginario popular, por ejemplo, el famoso póster de la personificación de Estados Unidos, el “tío Sam” que intentaba reclutar soldados para la Primera Guerra Mundial. Normalmente pensaremos en imágenes introducidas en un contenido enfocado a adultos pero no nos imaginamos que se puedan encontrar también en cortos y series de dibujos animados. La propaganda tiene y siempre ha tenido el objetivo de difundir unos valores y la producción propagandística estadounidense no es una excepción. Los norteamericanos se han retratado de diversas formas, pero siempre tienen algo en común, todos trabajan para defender la causa norteamericana, los valores democráticos y la libertad. En cambio, los enemigos son retratados como cobardes, mentirosos y violentos.

Todo esto me llevó a pensar en la presencia de la propaganda ideológica en nuestra vida diaria. Hoy en día la propaganda en sus múltiples formas está por todas partes, la encontramos en la calle, en la televisión, en las redes sociales, etc. Los medios de comunicación han tenido una importancia enorme en la evolución de las sociedades contemporáneas, han sido definidos como un recurso de poder (Herman y Chomsky 1990); una esfera donde se desarrollan los asuntos públicos; fuente de popularidad; el lugar donde se crean las imágenes de normalidad y diferencias; una fuente de ocio y entretenimiento (Marqués 2016). Lo cierto es que los medios han sido y son conductores de la opinión pública y esa capacidad de conducir la opinión de la sociedad conlleva la capacidad de manipular sin que los propios individuos manipulados sean totalmente conscientes de ello. De esto no debemos inferir que la opinión pública se forja únicamente en los medios, pero sí que tienen una gran importancia. Pratkanis y Aronson (2001) escribían que un ciudadano norteamericano medio pasaba unas 1550 horas delante de la televisión cada año, en todo ese tiempo, la cantidad de información que llega es enorme.

La propaganda se beneficia enormemente de un medio que exagere o hiperbolice las acciones y los dibujos animados lo cumplen. Además, los espectadores de dibujos animados normalmente bajan la guardia al verlos, es decir, no esperan los contenidos propagandísticos.

Ante esto, es obvia la necesidad de tener siempre una mirada crítica, de no creer a ciegas todo lo que nos cuentan y de ser capaces de discernir la información objetiva de las opiniones subjetivas de nuestros interlocutores, incluso si lo que estamos viendo son dibujos animados.

 

 

 

 



Bibliografía

Herman, Edward y Chomsky, Noam. 1990. Los guardianes de la libertad. Barcelona: Crítica.

Marqués, Joaquín. 2016. Política y propaganda: Medios de comunicación y opinión pública. Barcelona: Editorial UOC.

Pratkanis, Anthony R., y Aronson, Elliot, eds. 2001. Age of Propaganda: The Everyday Use and Abuse of Persuasion. Revised Ed. Nueva York: Henry Holt and Company.

Una respuesta a “La inocencia de los dibujos animados

  1. HMMM. . esse para os cabelos sempre deixa o meu com o aspecto de &#8&20;sujo2#8221; isso me dá uma agonia!! e ele só fica modelado molhado, depois de seco escorre. o meu cabelo eh pouco ondulado ew tem progressiva!! e eu uso pouco produto, mas, ele hidrata bem

    Me gusta

Deja un comentario